Por Marcela Naciff, Miembro de la Asamblea Popular por el Agua / A.M.P.A.P (Asambleas Mendocinas por el Agua Pura) / Las pibas por el Agua/ Argentina – Foto: Julieta Graña
“En nuestras cosmovisiones somos seres surgidos de la tierra, el agua y el maíz, de los ríos somos custodios ancestrales el pueblo lenca. Resguardados por los espíritus de las niñas que nos enseñan que dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos es dar la vida por el bien de la humanidad y de este planeta”. Bertha Cáceres
“I’m no longer accepting the things I cannot change… I’m changing the things I cannot accept.”
Angela Davis
A Fabiana Villafañe, la Pacha Guerrera, en Memoriam
A Bertha Cáceres, en Memoriam
La Gran Defensa del Agua del pueblo mendocino en diciembre de 2019 fue la culminación de un largo camino. Desde 2004, las asambleas socioambientales enfrentan al lobby minero conformado por megacorporaciones internacionales representadas por políticos y empresarios locales. Nuestra primera victoria fue la sanción en 2007 de la ley 7722, la piedra en el zapato del capitalismo extractivista que intenta modificarla cada vez que puede, a pesar de la conciencia del pueblo mendocino que nunca dio licencia social. Por eso, cuando el gobernador recién electo Rodolfo Suárez derogó nuestra ley como primera medida de gobierno, no imaginó nunca que había desatado el vendaval que unificó y gestó una alianza política amplia de asambleas socioambientales junto a los distintos actores del tejido social en los que estaban incluidas las miles de mujeres que participamos activamente.
Paradójicamente, estas mujeres tuvieron protagonismo en ambos lados de la disputa: posicionadas desde su clase política, varias funcionarias defendieron y sostuvieron el status quo. Sin embargo, en la otra vereda, estábamos las de abajo: mujeres indígenas, trabajadoras, asambleístas, reinas de la Vendimia, proaborto, madres, provida, que codo a codo, impulsamos una sociedad más justa y respuestuosa con el ambiente. Los movimientos socioambientales en toda latitud, y Mendoza no es una excepción, están conformados mayoritariamente por compañeras que entienden que la unidad es fundamental para movilizarnos.
Las compas de las asambleas nos nutrimos de otras luchas y experiencias participando en las UAC (Unión de Asambleas de Comunidades, que nuclea a todas las asambleas de la Argentina) y en los Encuentros Plurinacionales y Disidencias. En estos “aquelarres” compartimos, aprendemos, nos cuestionamos, y, creamos redes con otras hermanas. Toda esta acumulación la volcamos en la lucha de diciembre y como la marea verde, nos convertimos en río, logrando la masividad y la vitalidad del movimiento.
En el fragor de aquellos días se hicieron patentes los distintos posicionamientos en torno al acercamiento entre el feminismo y la lucha socioambiental. Nos preguntamos, ¿cómo, entre compañeras que nos reconocemos feministas, replicamos la violencia patriarcal que todas denostamos? ¿de qué manera aportamos a lo ya construido por el movimiento socioambiental sin imponernos? Ese es un camino que todas estamos transitando. Es importante que rompamos aquellas estructuras que nos limitan en la construcción de una sociedad más equitativa.
Como una consecuencia orgánica, la lucha por la ley 7722 parió a “Las pibas del agua”, una organización conformada por mujeres y disidencias integrantes de asambleas con una identidad feminista. Es un espacio de encuentro e intercambio, un camino para reconocer las luchas en común entre el feminismo y el cuidado del ambiente. En este mismo sentido, comenzamos a tejer redes con nuestras hermanas chilenas de la Coordinadora Feminista.
A pesar de las batallas ganadas, conocemos en nuestra corporalidad que el patriarcado como sistema de dominación nos exige vivir alertas. En tanto exista capitalismo y patriarcado, sabemos que la lucha sigue vigente. Lo sentimos en las calles con la marea verde y en diciembre en Mendoza, la lucha no se termina hasta que ambos caigan. Y nosotras ya lo sabemos porque lo estamos viendo desde la primera línea: se van a caer porque los estamos tirando.
La Asamblea Popular por el Agua nació en 2006 en la ciudad de Mendoza para impedir los proyectos megamineros y proteger los Bienes Comunes de cualquier forma de explotación extractivista, proponiendo una construcción asamblearia horizontal de poder popular. Está integrada por trabajadores de la educación, estudiantes, jubiladxs, científicxs. Forma parte de la A.M.P.A.P. en la provincia y articula en la U.A.C. a nivel nacional.